Continuamos con el ciclo del western, en el que en un principio pretend�a llevar cierto orden. Sin embargo, y teniendo en cuenta que esto no es un especial sino pr�cticamente una secci�n, os voy hablando de los westerns que tengo m�s frescos o reviso recientemente. ‘A Lawless Street’ es una producci�n Columbia de 1955 dirigida por el gran desconocido Joseph H. Lewis, uno de esos genios a los que la fama y el prestigio no acompa�aron tanto como otro ilustres apellidos, tales como Ford o Hawks, por citar pesos gordos del western. No obstante, Lewis destac� por su labor dentro del Film Noir, g�nero en el que dej� obras como las imprescindibles ‘Relato criminal’ (‘The Undercover Man’, 1949) y ‘El demonio de las armas’ (‘Gun Crazy, 1950), su film m�s famoso. Uno de los reyes de la serie B, pel�culas de bajo presupuesto, pero que nada ten�an que envidiar a las de serie A.
Curiosamente en algunos de los westerns de serie B de los a�os 50 se pueden encontrar paralelismos con la �poca del marcathysmo y su famosa caza de brujas que tanto da�o hizo en aquellos a�os, convirtiendo a muchos cineastas importantes (Elia Kazan) en chivatos, y condenando a otros, obligados a esconderse tras un seud�nimo (Dalton Trumbo). Las consecuencias en la sociedad americana de entonces no se hizo esperar. Todo el mundo era sospechoso de ser enemigo, incluso los propios amigos. Y si bien en el Noir, donde Lewis destac�, esos dr�sticos acontecimientos tuvieron su reflejo y de forma muy sonada, en el western pas� como m�s desapercibido, quien sabe si por ese desprecio que muchos le han tenido al g�nero a trav�s de las d�cadas. Afortunadamente el tiempo pone las cosas en su sitio, y ‘A Lawless Street’ sin ser una gran pel�cula, contiene el suficiente inter�s como para incluirla en este ciclo.
‘A Lawless Street’ lleg� a conocer un t�tulo espa�ol, ‘La ciudad sin ley’, titulo en castellano demasiado utilizado, ah� est�n la pel�cula de Howard Hawks ‘Barbary Coast’ de 1935 o la de Don Siegel de 1969 ‘Death of a Gunfighter’, m�s famosas que la que nos ocupa. Randolph Scott produjo la cinta que da comienzo con una escena muy curiosa: un hombre aparece en el fondo del plano que enmarca una polvorienta calle, se acerca hacia la c�mara y �sta hace destacar su rev�lver. Y es que la violencia estar� muy presente en un relato que adem�s habla de traiciones, sospechas infundadas y el valor de la justicia. Calem Ware ?Scot en uno de sus t�picos papeles? es el sheriff de una localidad en la que no todo el mundo le mira con buenos ojos. Famoso por no tener precio de compra, Ware tiene un mont�n de enemigos, sobre todo un grupo de empresarios que quieren ver a Ware fuera de juego mientras reabren las minas, se contrata mano de obra barata y los bares sirven de olvida problemas. Una historia t�pica, tal vez, pero que en manos de Lewis alcanza cotas un poco m�s altas.
Joseph H. Lewis se caracterizaba por contar mucho con pocos elementos. Su capacidad de s�ntesis ligado a su virtuosismo daban como producto una claridad de ideas apabullante. ‘A Lawless Street’ est� llena de matices, y aunque no puede evitar determinados convencionalismos, Lewis se las ingenia para crear una atm�sfera de opresi�n en la que los peque�os detalles cobran gran importancia. As� pues, todas las ma�anas Ware realiza el mismo ritual cuando sale de su habitaci�n mientras la c�mara le sigue sin cortar el plano. Queda definida as� la personalidad de Ware, inquebrantable y honrado como pocos. Su paseo por el pueblo y las charlas con los vecinos nos descubren miradas secretas de recelo y traici�n a la vuelta de la esquina. Y ser�n precisamente los mencionados empresarios los que contratar�n a un temible pistolero para que acabe con Ware y as� tener v�a libre para sus negocios. Para redondear la situaci�n, la mujer de Ware, Tally (Angela Lansbury) regresa al pueblo y es pretendida por uno de los hombres que quieren ver a Ware muerto, y ya no s�lo por ser un sheriff incorruptible.
A partir del instante en el que Ware es dado por muerto, en una secuencia que sorprende por su planificaci�n, cuando la pel�cula muestra su cara m�s interesante. La ciudad sin ley del t�tulo espa�ol es enseguida un nido de borrachos, jugadores y pistoleros que convierten el pueblo en un aut�ntico lugar de excesos en el que la ley no tiene lugar. La anarqu�a en el peor sentido de la expresi�n, por un lado, y por el otro, Ware como el �ltimo eslab�n quiz� de la bondad y honestidad del ser humano, representante de una ley cada vez m�s corrupta y menos merecedora de que la defiendan. Randolph Scott est� m�s o menos como siempre, esto es, cumpliendo f�sicamente para el papel y poco m�s. A su lado Angela Lansbury, una mujer que a�n de joven ya era vieja, dando vida a la esposa que abandon� a Ware tiempo atr�s y que ahora se debate entre su amor y volverse a ir.
Una de las mayores bazas de ‘A Lawless Street’ es la fotograf�a de Ray Rennahan, cuya cima como artista fue el ser el director de fotograf�a de ‘Duelo al sol’ (‘Duel in the Sun’, King Vidor, 1946), siendo una de las primeras veces que Lewis filmaba en color. Los resultados no pueden ser m�s �ptimos, sobre todo en lo que respecta a las secuencias nocturnas, aquellas en las que curiosamente se desarrollan los hechos m�s importantes del film. En poco m�s de hora y cuarto, Lewis narra con econom�a de medios, y aunque es evidente que la historia posee elementos de lo m�s previsible, es ese gusto por el detalle lo que la diferencia de otros films de similar �ndole. Si las armas cobran relevancia ante la c�mara de Lewis, como s�mbolo indiscutible de la violencia, al final Ware entrega su rev�lver, filmado en primer plano de forma majestuosa, para dejar su vida de sheriff atr�s. Una vida normal sin sobresaltos le espera.

Source: http://www.blogdecine.com/cine-clasico/western-a-lawless-street-de-joseph-h-lewis
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