Sinopsis:
En el desierto de California, una audiencia de incr�dulos asiste al espect�culo que ofrece Robert, un neum�tico con poderes ps�quicos, capaz de hacer estallar las cabezas de todo aquel que se cruza en su camino.
En el cine de terror contempor�neo, existen numerosos ejemplos de objetos inanimados, los cuales, ya sea debido a una posesi�n demon�aca, al estilo de la ya cl�sica The Car (Elliot Silverstein, 1977), o por causas igualmente extraordinarias, la maligna influencia de un cuerpo celeste que orbita alrededor de la Tierra en La rebeli�n de las m�quinas (Stephen King, 1986), acaban rebel�ndose contra sus leg�timos due�os y propiciando toda clase de situaciones pintorescas.
Cr�tica: Cada vez que nos disponemos a enfrentarnos a una obra de ficci�n, se da una leve triqui�uela intelectual denominada suspensi�n de la incredulidad. Los espectadores abandonamos temporalmente nuestro sentido cr�tico y nos mostramos dispuestos a creernos al Hombre Alto de Phantasma (Don Coscarelli, 1979), la invasi�n zombi de La noche de los muertos vivientes (George Romero, 1968) o incluso la abultada colecci�n de animales aplastados en la carretera que cubren el cabez�n pelado de Nicolas Cage. A pesar de esta excelente disposici�n de �nimo, a fin de otorgarle al relato una cierta coherencia interna, discursiva y estructural, cuando afirmamos que una incineradora dom�stica de basuras (existen, se lo juro) ha devorado a toda una familia del Medio Oeste americano, siempre ha de darse alg�n tipo de influjo perverso flotando en el ambiente.
En este sentido, los responsables del engendro, conscientes de tener un gui�n con m�s agujeros que la ventana de un liban�s, pretenden disimular sus carencias igual que el sobrino de Coppola (y con id�ntico �xito).
La pel�cula da comienzo con un repaso a la ausencia de motivos que rodea a muchos de los iconos modernos del cine. Dicho pr�logo o proemio, adem�s de consumir no pocos minutos de metraje, sirve para desarmar la di�gesis cinematogr�fica, en primer lugar, dirigi�ndose de manera directa al espectador y, en segundo, desposeyendo a �ste de su condici�n de observador. Si lo primero no tiene ya ning�n m�rito, son incontables las pel�culas y series de televisi�n en las que el protagonista mira de reojo a la c�mara y le dedica al respetable un gui�o de complicidad, introducir a un grupo de falsos espectadores que contemplan las haza�as del neum�tico protagonista a trav�s de unos binoculares, sin cuya presencia la artificiosidad de la obra de ficci�n deja de tener sentido, puede despertar alg�n inter�s. Por desgracia, llegados a este punto de la historia, el director y guionista debi� de creer que ya hab�a abrumado suficientemente a los espectadores con su incontestable genio, y el resto de la cinta es un trist�simo repaso a todos los t�picos del g�nero.
El neum�tico va por el desierto reventando con sus poderes ps�quicos, as�, en plan Scanners (David Cronenberg, 1981), a todo bicho viviente, espiando a mujeres semi-desnudas a la puerta de los moteles y, por supuesto, dejando abierta la posibilidad de una (improbable) secuela. Ni siquiera los (d)efectos especiales valen la pena, la mayor parte del tiempo, parece que la misma persona est� grabando al neum�tico con una mano y empuj�ndolo hacia delante con la otra, y cuando lo dejan ir a su aire, oscilando con inaudita torpeza, el efecto resultante es a�n peor. Viendo a los actores, la mayor�a declama sus l�neas como si tuviese p�lipos en la lengua, uno entiende por qu� el protagonista es un pedazo de caucho alquitranado (salvo los minutos finales, que es un triciclo). A menudo, bajo el calificativo de pel�cula de culto se esconden innombrables sinsentidos, pues bien, no les quepa duda, Rubber es una pel�cula muy de culto.
Puntuaci�n bazofia:
Despu�s de ?Steak? cre�amos que la carrera cinematogr�fica de Quentin Dupieux hab�a alcanzado las m�s altas cotas de la miseria, pero con ?Rubber? ha demostrado que lo peor a�n estaba por llegar.
Puntuaci�n canalla: 
Hay que tener un morro de oso hormiguero para llamar a eso ?cine experimental?.
Puntuaci�n palote:
Alg�n desnudo de baja intensidad para adolescentes con las hormonas funcionando a toda pastilla.
Puntuaci�n freak: 
Una rareza cinematogr�fica que s�lo sirve para darse importancia en ambientes modernillos.
Source: http://www.blogdecine.info/rubber/
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