domingo, 27 de noviembre de 2011

Vampiros de verdad: 'Dr�cula' de Francis Ford Coppola

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He cruzado oc�anos de tiempo para encontrarte

Cuando medio mundo qued� encantado, y el otro medio no, con la vuelta de Francis Ford Coppola a la saga de ‘El padrino’, el famoso director ganador de cinco Oscars sorprendi� con su siguiente proyecto, una adaptaci�n de la m�tica novela de Bram Stoker sobre el m�s conocido de los vampiros literarios y cinematogr�ficos. La �ltima adaptaci�n oficial databa de 1979 a cargo de John Badham, y atr�s quedaban las exploraciones de la Hammer, con Terence Fisher y Christopher Lee a la cabeza, y tambi�n las m�ticas creaciones de Tod Browning y F.W. Murnau, am�n de un buen n�mero de apariciones en pel�culas no tan conocidas ?hablamos de uno de los personajes de ficci�n m�s llevados a una pantalla de cine?, por lo que volver a un personaje tan tratado era, cuanto menos, curioso. Todo el mundo estaba expectante por saber si Coppola repetir�a un fracaso del estilo de ‘Corazonada’ (‘One From the Heart’, 1982) ?con el que comparte el hecho de haber sido rodadas �ntegramente en estudio? o, por el contrario era un �xito.

‘Dr�cula’ (‘Bram Stoker�s Dracula’, 1992) termin� siendo uno de los m�s grandes �xitos de su director en una �poca en la que los avances en los efectos visuales empezaban a cobrar una gran importancia ?recordemos que esta pel�cula est� filmada entre ‘Terminator 2: el juicio final’ (‘Terminator 2: Judgment Day’, James Cameron, 1991) y ‘Parque jur�sico’ (‘Jurassic Park’, Steven Spielberg, 1993), que todav�a tienen el list�n muy alto al respecto?. Coppola utiliz� efectos bastante artesanales para as� poder abaratar la producci�n, pues en Columbia no iban a dejar que se pasasen del presupuesto asignado, que al final qued� en unos 40 millones de d�lares. El origen de la pel�cula se encuentra en el acuerdo que Winona Ryder y Coppola ten�an por aquel entonces, debido a que la actriz no “pudo” protagonizar ‘El padrino, parte III’ (‘The Godfather, part III’, 1990) ?fue sustituida por Sofia Coppola, para desgracia de muchos? y el director acord� con ella que le presentase un gui�n interesante en el que ambos pudiesen colaborar. Lo que en un principio iba a ser una miniserie de televisi�n dirigida por Michael Apted, termin� siendo la pel�cula que hoy todos conocemos. Afortunadamente.

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La controversia con esta pel�cula surgi� a ra�z de su t�tulo original, ‘Bram Stoker�s Dracula’ ?a punto estuvo de titularse ‘Francis Ford Coppola�s Dracula’, pero al propio director no le pareci� una buena idea?, y de las declaraciones de su guionista James V. Hart ?si echamos un vistazo a su curr�culum, comprobaremos que �ste es el mejor trabajo de su carrera?, que aseguraba haber realizado una escritura totalmente fiel a la obra de Stoker. Absolutamente falso. Y ah� empezaron los problemas, pues numerosos fan�ticos del libro, am�n de literatos varios y autores teatrales conocedores profundos del original, aprovecharon para sacar sus colmillos y atacar sin piedad al film de Coppola, sin caer en la cuenta ?ignorancia, lo llamo yo? que el medio cinematogr�fico posee herramientas muy distintas a las de la literatura. Adem�s del hecho de que una cosa es la promoci�n de un film, y otra bien distinta el film en s�, prueba patente de que muchos espectadores juzgan una obra cinematogr�fica por c�mo se la han vendido y no por lo que la obra es o les ha sugerido.

James V. Hart habl� de m�s al afirmar esa fidelidad, pues a la vista est� que no es as�. Sin embargo eso no invalida para nada la pel�cula, la cual presenta unas novedades con respecto al original que tambi�n suponen una sorpresa al compararla con cualquier otra adaptaci�n del m�tico vampiro. Para empezar tenemos un pr�logo, realmente fascinante, en el que vemos el origen de Dr�cula y su amor por su Elisabeta, su partida a la batalla y posterior reniego de la Iglesia, a la que represent� siendo un feroz guerrero. Un pr�logo lleno de fuerza en el que Coppola deja clara la intencionalidad teatral del relato, filmando una sangrienta batalla como si de sombras chinescas se tratase. Gary Oldman ?en un papel para el que fueron considerados Andy Garcia, quien lo rechaz� por el alto contenido sexual de la pel�cula, Gabriel Byrne, Armand Assante, Antonio Banderas, Viggo Mortensen y Jeremy Irons, quien a punto estuvo de iniciar rodaje?, Winona Ryder y Anthony Hopkins ?que llega a realizar tres papeles en la pel�cula? protagonizan este peque�o segmento en el que se subraya el car�cter rom�ntico y sangriento de la historia. Amor y sangre unidos en un fat�dico destino.

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Destino que compartir�n los mismos personajes siglos despu�s. Oldman da vida a un Dr�cula envejecido a punto de trasladarse a Londres, y Hopkins y Ryder a personajes que bien podr�an ser la reencarnaci�n de Elisabeta ?Mina Harker? o del hombre que condena el suicidio de aquella ?Van Helsing?. Tres l�neas narrativas que terminan confluyendo cuando Dr�cula en Londres deja mortales rastros de su existencia. El encuentro entre Mina y un Dr�cula completamente rejuvenecido gracias al poder de la sangre muestran a un Coppola muy inspirado que rinde homenaje al nacimiento del cine, el cual curiosamente coincidi� con la publicaci�n de la novela de Stoker. Im�genes del conde, cuya presencia parece recordar al Corleone de la saga m�s conocida de su realizador, paseando por las calles londinenses al ritmo de los fotogramas de un viejo cinemat�grafo, y el posterior encuentro con su amada reencarnada poseen una fuerza arrebatadora que se repite en la escena del lobo, momento en el que Mina queda completamente fascinada por el conde, o la escena de la absenta, de una sensualidad y erotismo muy marcados. Al fin y al cabo ‘Dr�cula’ es una historia de amor y sexo.

Y siempre ha sido as�, incluidas las versiones de Murnau, Browning o Fisher, a las que Coppola rinde sendos homenajes en diversos instantes del film. Pero esta vez se hace hincapi� en el lado humano de Dr�cula, quien recordemos, fue humano una vez. Ese es otro de los aspectos que diferencian esta adaptaci�n del resto. Dr�cula es un eterno enamorado entristecido, primero por la muerte de su amada, y luego enfurecido por el hecho de que la Iglesia, a la que tanto defendi�, rechaza el alma de Elisabeta por haberse suicidado. Su maldici�n, provocada por �l mismo, ser� vagar a trav�s de los tiempos en busca de su amor perdido ?la frase que inicia este texto me parece una de las m�s bellas jam�s pronunciadas en una pel�cula, por todo lo que encierra y por ser un ejemplo perfecto de s�ntesis?, dejar muertes all� por donde pasa, encontrar a su amor, y con ello el perd�n de Dios en un cl�max lleno de lirismo. Nunca la muerte del vampiro m�s famoso de todos los tiempos estuvo tan cargada de belleza, y aunque los colores, y en parte los decorados, evocan a los mejores t�tulos de la Hammer, Coppola es capaz de crear algo nuevo con un material tan manido.

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La m�sica del polaco Wojciech Kilar, de gran �pica en algunos momentos y terror�ficamente �ntima en otros, llena cada plano del film, y es capaz de transportarnos a esa especie de mundo on�rico creado por Coppola, donde se funden cine, teatro y literatura con inusual equilibrio, algo que muy probablemente ha enfadado a los m�s puristas de cada arte. Nunca una actriz tan mediocre como Winona Ryder estuvo tan sensual y atractiva, Anthony Hopkins da vida a un Van Helsing tan temible como el conde Dr�cula, terriblemente conservador y puritano, y Gary Oldman hace la interpretaci�n de su vida, logrando que sintamos al mismo tiempo fascinaci�n y repulsi�n. Al respecto cabe citar la muy inteligente decisi�n de que Mina es la �nica, junto con el espectador, que ve al Dr�cula humano. El resto de personajes s�lo lo ven como un viejo decrepito ?Keanu Reeves, sin duda lo peor del film, dando vida a Jonathan Harker, en su visita al castillo en Transilvania, y cuya estancia es una muy barroca pesadilla?, o un monstruo, al que tambi�n da vida un Oldman lleno de maquillaje, obra y gracia de Greg Cannom.

Coppola se reuni� con el equipo en su rancho, d�as antes de iniciar rodaje y entre otras cosas, oblig� a los actores a una lectura de la obra de Stoker en voz alta, algo que les llev� dos d�as enteros. El famoso realizador quiso que sus int�rpretes estuviesen perfectamente familiarizados con el material. El resultado, dejando a un lado alguna laguna narrativa ?arreglada por la voz en off de Hopkins como uno de los narradores, algo que nunca gust� demasiado a Coppola? y el penoso trabajo de Reeves, es firme y por decirlo de alguna manera, vampirizador. Y he ah� uno de los grandes aciertos de Coppola realizador. Su puesta en escena logra una conexi�n �nica, y muy elegante, entre el poder vampirizador del cine ?la escena de las sombras chinescas antes comentada? y su personaje. Porque ante todo no estamos ante el Dr�cula de Stoker, al cual sin duda reconocemos, sino ante el de Coppola, ante una reinterpretaci�n del mito. Y nos ha seducido como lo har�a el m�s grande de los vampiros, dejando claro que su existencia y su poder s�lo tienen una raz�n de ser: el amor.

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Source: http://www.blogdecine.com/criticas/vampiros-de-verdad-dracula-de-francis-ford-coppola

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